jueves, agosto 03, 2006

El viento de Rosario

En Copiapó hay un río que no lleva nunca agua y es mejor que así sea, ya que de haberla significa desastre. También hay puentes que sirven para cruzar el río inexistente.

Días de desierto, de viento vespertino, días para andar en polera sin mangas tomando cerveza helada y mirando un cielo azul perenne.

Los colores de los cerros van cambiando alrededor. A veces amarillos, a veces blancos, a veces rojos y a veces también violeta. A veces todo al mismo tiempo.

La pupila se va traicionando a sí misma. La engaña el viento y las sombras de ninguna parte. Las posadas en mitad de la nada. Una vía ferrea que aparece y existe y que es lo seco. Todo da sed. Cuando baja la noche se reemplaza la cerveza por el pisco u otra cosa. Fogatas mutantes, la cara tiznada sirve para mejor mirar las estrellas y reconocerse nulo.

En Copiapó hay un cementerio que es el templo del luto y saluda e invita a todos por igual a aceptar la inexorable muerte. No discrimina. Está en la entrada de la parte llamada Rosario, donde corre un viento que al atardecer hiela los huesos y que uno entiende que insinúa algo más que arena al viento. Desertidad: una invitación a la demencia.

La Jó duerme a mi lado en un bus traqueteante. La amo en silencio mientras el sol rebota en el pavimento. Sonrío y devuelvo la vista al libro de Jim Thompson, "Los timadores". Seguramente el escritor norteamericano de novela negra más subvalorado. Acaso el mejor.

Stanley Kubrick usufructuó de él, como de tantas otras inteligencias, eclipsándola con el efectismo de la suya propia, grandilocuente y pasmosa. Todo lo contrario de Thompson. Ahora que tanto gusta el uso de la palabra "mínimo", pienso que tal vez este escritor condice a la perfección con esa idea del minimalismo. Qué personajes.

El libro se cierra y queda el desierto, los cuyis, arena que no va a ninguna parte y sin embargo avanza. Las grutas donde viven las arañas para defenderse del frío. Las aguas subterráneas y el líquido que acumulan por dentro los sanpedritos. Con un poco de suerte me conseguiré uno y veré un rato, mientras vomito.

Quién necesita ir a México si tiene a Atacama.

8 Comments:

Blogger salgadoboza said...

Joder, ¿hay maquiladoras por allá mi querido Gernández?

4:32 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Tráigame uno de esos cactus incauto mozuelo con más años que talento, ¿comprendió, eh? Lo hervirá usted y luego aparecerá Yog-Sothoth justo en la ventana de su departamento, y luego, y luego, nada: sepultado en el desierto, en Rosario. Just that. Never more.

4:36 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Vida beat por carreteras desiertas. ¿Y encima está enamorado? No pida más, desagradecido.

11:20 p. m.  
Blogger salgadoboza said...

Voy a contar algo: ayer soñé que conocía a Maynard James en un supermercado, y le daba la mano y se la besaba. Luego yo aparecía alejado de él mientras cantaba, quizás Lateralus quizás otro tema, y yo estaba medianamente escondido mirándolo embobado. Y lloré de la emoción de verlo cantar, de haberle besado la mano, de estar vivo. Mi cuerpo me recuerda mi inmortalidad y me dice al oído que toda esta pena es una mierda de ilusión.
Cariños

5:21 p. m.  
Blogger Gonzalo Hernández Suárez said...

RSB: Aprovecha entonces de celebrar la chance de estar vivo. Responde a la misma parábola lateral y de paso serás consecuente con el nombre de tu blog.

Por mi parte, nada más pido. Eso vale también para Matías.

Ignatius no tiene idea de nada. Yo el sanpedrito me lo como crudo y reseco. Cocerlo es costumbre de ancianas.

PD: Aquí no hay maquiladoras, que yo sepa. Lo que sí puede verse es una gran cantidad de damas dedicadas al oficio de peluqueras. Tal vez muchas. Seguro que demasiadas.

7:17 p. m.  
Blogger salgadoboza said...

Ya tengo el jodido Mac. Llego a casa y lo prendo, ¿y qué hay? Que hay una conexión inalámbrica de internet por aquí cerca, de alguna casa, y yo estoy ahora colgada a ella escribiendo esto y notando que todo sigue igual.
La pregunta fundamental sigue en pie mi amado amigo, ésa que nos acoquina y encacha, ésa que debemos hacernos todas las mañanas.
Un abrazo mi bien.

2:16 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

no creo validas tus palabras, amigo. (no las tuya gernandez) si no que las tuyas Sal(ca)gado boza, en efecto, el efecto es tu palabra. y no la mía, es todo lo que uno hace al despertar, tu palabra....

2:08 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Este post contiene la más sincera y bella descripción sobre el acto de lectura que he visto jamás.

"El libro se cierra y queda el desierto".

2:13 p. m.  

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